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viernes, 30 de octubre de 2015

Agua

Las palabras son como agua. 

Hay palabras que hacen mella en la memoria, en la cabeza, golpeteando y penetrando hasta lo más profundo, arañando, rasgando, rompiendo todo a su paso, como el agua sucia que limpia el cielo urbano, manchando todo lo que encuentra a su paso, y quien las pronuncia, es el cielo buscando limpiar su malestar. 

¿Y que pasa contigo? estás abajo, te hundes en el fango de la polución, te ahogas en la inmundicia del mal descargado, te pesa, te hastía.
Palabras tóxicas de gente contaminada, buscando dañar lo que no comprende, lo que no comparte, lo que no puede alcanzar. 

Y entonces llegas a casa y tiras a tus pies la ropa sucia y mojada, buscando algo que caliente tu corazón helado, susurros en los oídos que alivien tu carga, una ducha tibia, dulce, te acaricia mientras baja, llega también al fondo del alma dañada, escuece un poco, va curando, diluyendo los pesares trayendo el abandono como miel, como azucar derretido. Palabras de consuelo dulce, reparando lo que no ha roto, no importa si no comprende, no importa si no lo alcanza, si lo ignora o si lo siente. 

Llueve dentro, luce el sol, y esperas... y sueñas... y olvidas... y creas. 
Fluyendo como la corriente de los ríos, sin más destino que alcanzar el mar, dejando nuestra huella en el camino. 

Ari.

jueves, 29 de octubre de 2015

Guerreros


El guerrero descansa en la aceptación de la vida, de la posibilidad de la muerte, y la superación de las heridas, del vacio de encontrar que su realidad es diferente, que su senda es oscura amenazando el llanto en cada salida, sin hogar, sin amigos, sin familia, nada salvo la Parca acuna su almohada, nadie salvo el Caronte le ofrece su barca. 

Manos tendidas que son cercenadas en un instante, el deseo momentáneo, el placer de la sangre que esconde la tristeza del temor al olvido y al tiempo lo anhela.

Una vida corta e incierta le espera en los caminos de su azaroso viaje, no siente pena o la oculta, hace tiempo que acepto su sino, todo su ser es pasión, todo en su cuerpo es urgente, los besos, la amistad, la lucha, la recompensa indebida o calculada por el filo de su espada, el desconcierto por la traición, el acoso de la duda con cada luz o posada.

Tan duro tan atrevido, tan distante y descarado, bebiendo el tiempo a trocitos allí expectante en la bruma, sin descansar, sin dormir, con los sentidos alerta, con el alma en pleno ardor, cerrando apenas la puerta a la esperanza, al amor, al ruego de santuario, pidiendo porque el destino cuide de sus vidas muertas, que le haga nacer de nuevo, otra suerte derramada en un mundo ya sin guerras sin premio o pago evidente, salvo el sencillo calor de la comida en la mesa, de una casa bajo un techo y unas sábanas calientes por el favor de otro cuerpo. 

- Me encanta esta imagen - 
Buen día.