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martes, 2 de junio de 2015

Una historia como tantas

Un dia caminando te encontré rota y herida, mi situación no era la mejor del mundo pero la sola idea de recuperarte, de hacer que volvieras a ser tu misma movío mi corazón, a dedicar mi existencia a reanimar otra vida.

Poco a poco mi determinación se hizo más fuerte, me tome como cruzada el hacer que volvieras a verte como yo imaginé que habías sido, nunca la pasión por algo me había atrapado tanto.
Te cuide, y calme tu llanto, te curé las crueles heridas, pero tu sonrisa seguía oculta tras la cicatrices que mi falta de maña no acertaban a ocultar. 



Te entregue todo mi ser parte a parte, sin reservas, te di mi cariño mi sonrisa, sin darme cuenta, me quedé atrapado en el ser que iba surgiendo entre mis manos, volviendote hermosa día a día.

No entendí que había pasado, no esperaba nada a cambio, entregué mi amor sin compromiso, recibí el desprecio como pago, tapando los agujeros de tu alma, las heridas quebraron la mía, tal como yo te amaba tu me odiaste, fuerte y sana volviste a tu vida.







Lo unico que siempre conserve en mi pecho, lo unico que no pude cambiarte porque no tenías, fue el corazón de este pobre iluso, roto y destrozado inutil sin tu compañia, te eche tanto de menos, lloré tanto tu ausencia y tu olvido, sin importar tu desprecio que no quise sentir más, no quise añorar,  mi ultimo regalo, desaparecer de tu vista, eliminar la posibilidad siquiera de encontrarnos para no sufrir de nuevo esos ojos, como cuchillos afilados.

Nunca sabemos donde nos lleva la vida, lo que en su momento fue una entrega generosa se convierte en el arma que nos la quita. No obstante ............ el mundo sigue girando. 






FIN

2 comentarios:

  1. Excelente parábola, Ari. ¡Saludos! ^_^

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    1. Sip, la vida da muchas vueltas, y donde alguien te daña, quizas alguien te ayude. XD. Siempre hay lugar a la esperanza. Buen día Luis

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